CROSS DE LA PEDRIZA 2011

Qué bonita es la Pedriza….pero qué duro es correr por ella. De cuantas carreras de montaña he corrido por la Comunidad de Madrid, sin duda esta ha sido la más exigente, tanto en el plano técnico como en el físico (que irremediablemente van de la mano en este caso). Cuando crees que te puedes considerar un corredor de montaña, llega la Pedriza y te hace agachar las orejas.

En fin, a las 10:00 se da la salida en claro descenso hacia el aparcamiento de Cantocochino. Tras cruzar el río Manzanares y siguiendo el sendero que sale a la izquierda, comienza la subida hacia la pradera del Yelmo. Fuerte subida por un estrecho sendero en el que irremediablemente tenemos que ir en fila india, hasta que, aproximadamente un kilómetro antes del primer control y avituallamiento, el camino se ensancha y la pendiente se suaviza.


Atacamos una corta bajada hacia el Collado de la Dehesilla, donde empieza la subida hacia Navajuelos en primer término y Collado de Ventana en segundo. En este punto se produce un verdadero tapón al tener que atravesar una gatera, donde pararemos alrededor de 10 minutos. Parada que no viene mal, ya que a pesar de no llevar más que unos 7 kilómetros, ya empiezo a notar claros síntomas de sobrecarga muscular. Aprovechamos para hacer alguna foto y tomar algún gel.

Intensos sentimientos me abordan en  este punto. La belleza del paisaje es inmensa, como inmenso es el esfuerzo que debemos realizar para superar tramos de trepada, muros de piedra y estrechas gateras por donde arrastrase a ras de suelo. El premio a tan arduo esfuerzo es la llegada a Las Torres, magnífica pared de granito donde alcanzamos el punto más alto de la carrera y desde donde disfrutamos de la espectacular vista de toda la Pedriza.

Sólo queda bajar. Si no fuese porque casi no me quedan fuerzas en las piernas, habría disfrutado como un enano. Al principio grandes bloques de granito para enlazar con  un estrecho sendero lleno de raíces, saltos, curvas……que tengo que realizar con cierta calma ya que desde este momento los calambres se suceden en las dos piernas.

La bajada es larga, pero casi sin darnos cuenta llegamos al último avituallamiento, donde nos reciben como si fuésemos los primeros. Y se inicia la última subida del día, al llamado Collado Cabrón. Una subida con un desnivel tremendo, pero que discurre por un cómodo camino. Y desde aquí, bajada hasta el río, que recorremos durante casi 2 eternos kilómetros hasta cruzarlo de nuevo, y remontar hasta el aparcamiento donde comenzó la carrera.


Finalmente, 3:56:22 de sufrimiento y disfrute a partes iguales. Puesto 262 y muy satisfecho de haber conseguido terminar dignamente esta durísima carrera. Próxima parada Cuerda Larga, primera carrera de montaña que repito y donde espero aprovechar la experiencia acumulada en este año para terminarla con un buen resultado.




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