Los tiempos cambian
Mi experiencia en montaña no es demasiado amplia, pero si lo suficiente como para darme cuenta de que hay cosas que cambian, y creo que no en la dirección correcta. Hace unos años, subir alguno de los picos de la Sierra de Guadarrama y no encontrarte con nadie, era relativamente normal. Un día de fiesta, podías pasar por la Bola del Mundo de camino hacia cualquier sitio y coincidir con montañeros que iban camino de la Maliciosa, Cabeza de Hierro, o que simplemente llegaban para disfrutar de unas buenas vistas. Siempre había una nota común; desde un corto saludo en pleno esfuerzo, hasta una breve conversación durante un pequeño descanso, hacían que el encuentro resultase por lo menos agradable. Hace unos días, perdido en la niebla y en una intensa ventisca, sin ver más allá de uno o dos metros, llegué desde los tubos a la Bola. Me acerque a saludar al conductor de la máquina que pisa el camino desde el Puerto de Navacerrada y, tras mi "buenos días", me dedicó un "esto es...